lunes, 7 de septiembre de 2009

Un pequeño experimento literario (I)


Hoy a las tantas de la mañana me sentía inspirado y se me ocurrió una pequeña idea. Tenía ganas de escribir algo pero no un algo vulgar..quería hacer una historia a medias con alguien y permitir que el otro desarrollara sus conceptos basándose en el trozo que yo había escrito. Y mi colega Albert accedió a ser ese alguien. Hablando un poco del asunto se nos ocurrió que podríamos ir alternando capítulos de unas pocas páginas cada uno. El otro tendría que basarse en lo anterior para continuar la Odisea. Albert perdió una partida al Uno y le tocó empezar. Mal asunto...al ver en qué me había metido se me desorbitaron los ojos. Pero hay que continuar...son las reglas. Y este es el primer producto de nuestro pequeño proyecto conjunto. Espero que lo disfrutéis.

Un saludo.

PD: La obra de momento no tiene título. Se aceptan sugerencias.





Capítulo 1: La primera vez.

-Voy a ser sincero contigo. Siempre he sido sincero contigo, no sé por qué ahora debería dejar de serlo. ¿Me notas nervioso? Es normal que me notes nervioso. Posiblemente esté más nervioso de lo que tú lo estás . Mira mi mano. Me tiembla, hacía mucho que no me temblaba. Estoy decididamente nervioso. No es casualidad, es la primera vez que hago algo así. Lo reconozco. Es la primera vez. Ya, lo sé, soy mayor, debería haberlo hecho antes. Pero no me avergüenzo. De hecho, me considero afortunado de que seas mi primera. Orgulloso. Sólo espero no hacerte daño y que si lo hago lo entiendas, es mi primera vez. O, bueno, al menos no más del necesario. -le digo.

Trato de tranquilizarla. Pero ella sigue moviéndose, dando tumbos. Está maniatada y amordazada, muerta de miedo. Sólo espero que entienda que es necesario, que lo hago por mi bien. Que lo necesito para mejorar. Pero ella sigue tratando de zafarse de sus ataduras. No entiende nada. Me duele que no sea capaz de preocuparse por mí ni en un momento tan importante en mi vida como éste. Sujeto el cuchillo con fuerza y lo observo. Bien limado y afilado. ¿Es quizás la opción más adecuada? Al menos la primera que se me ocurre. No quiero hacerle daño pero no me ha dejado otra opción. Ella llora. No me parece justo. El que lo está pasando realmente mal soy yo, no ella. No puedo creer que sea tan egoísta, como si esto fuese fácil para mí.

-¿Ves este cuchillo? Supongo que ya habrás asimilado lo que va a pasar. No quiero andarme con sutilezas, siempre he sido sincero contigo, no sé por qué habría de dejar de serlo ahora. ¿Por qué con un cuchillo? Creo que siempre he sentido esa curiosidad. No me atraen los cuchillos en sí, más que para quehaceres culinarios. Pero siempre he tenido ganas de comprobar, por mí mismo, si es verdad que, si te hieren, eres capaz de sangrar. O si esta sangre es roja como la del resto de los humanos. Nunca te he visto enfermar, nunca sangrar. ¿Será verdad que no corre por tus venas? ¿Que eres un robot? ¿O un yo qué sé tan difícil de explicar? Seguro que hay otras opciones, igualmente necesarias, menos dolorosas. Como el monóxido de carbono. Lo inhalas durante un tiempo y hasta luego. De hecho, llegué a pensar en ello como una opción real pero no satisfaría mi curiosidad.

Me acerco y le quito la mordaza. Le señalo el cuchillo, dejándole claro que se tranquilice o me veré obligado a utilizarlo antes de tiempo. No sé si quiero que llegue la hora. Me gustaría que lo hiciese otro y yo sólo mirar cómo se le va escapando la vida por instantes. Pero es mi batalla y he de ser yo quien la libre. Es necesario. Es lo que necesito.

-Por favor, déjame ir a casa. Te prometo que no le contaré a nadie nada de esto, te lo ruego. No tienes por qué tirar tu vida de esta forma. -dice.

-Dime. ¿Cuántos tíos te tiraste cuando estábamos juntos? ¡Contesta!

-¿A qué viene esto? Déjame ir, por favor. No quiero morir. Por favor.

-¡Contesta! ¡No quiero matarte sin saber todo lo que quiero saber!

Empieza a llorar. No consigo entender nada de lo que dice, seguramente nada útil. Me enfado y le grito más fuerte. Mi técnica pasivo-agresiva parece no funcionar.

-¿Con cuántos? -digo.

-Yo... no sé.

-¿No lo sabes? ¡Serás puta!

Le doy en la cara con la empuñadura del cuchillo, con fuerza. Inmediatamente, me arrepiento de mi acto. Le pido perdón y me acerco a darle un beso en la mejilla. Aunque se resiste, consigo dárselo. Seré un asesino pero no quiero quedar también como un maltratador. Tampoco creo que matarla me convierta en un asesino. ¿Una muerte necesaria puede considerarse asesinato? Sólo soy un hombre que quiere volver a ser feliz.

-Contesta, por favor. Necesito saberlo. -le digo.

-Con... ninguno. -acierta a decir.

-No me mientas, no necesito que me mientas. Necesito que seas sincera, necesito odiarte. ¿No lo entiendes? Necesito olvidarte.

-Ésta no es la solución, por favor. Déjame ir. -dice.

-No puedo dejarte ir, lo he intentado todo. No se me ocurre otra solución.

-¿Qué puedo hacer? Por favor, algo podré hacer. ¿Quieres sexo? Puedo volver a ser tu novia, si quieres. Pero por favor, déjame vivir.

-El sexo pensaba obtenerlo después de todas formas. ¿Y mi novia? El instinto de supervivencia te hace decir cosas que realmente no sientes. No eres capaz de ser sincera conmigo. Nunca lo has sido. Y yo siempre, no es justo. Nunca te he mentido.

Cojo el cuchillo con fuerza. No sé cómo lo hacen en las películas para matar a alguien de un golpe certero con esto. No quiero que agonice, quiero que muera de una sola estocada. Se lo debo. Igual que ella me debe esto. Levanto el cuchillo y lo clavo con toda la fuerza que puedo en el hombro. Sigue viva. Sigue llorando. Pide auxilio como si le doliese a ella más que a mí. No es justo. No ha sido justa conmigo. Siempre he sido bueno con ella. ¿Por qué no se puede calmar en un momento de mi vida tan importante como éste? Es mi punto de inflexión, es un cambio de vida. Empieza a convulsionarse cada vez más fuerte. Trato de contenerla pero no puedo. Mientras, intento asestarle una cuchillada en el corazón y acabar con esto cuanto antes, pero voy fallando continuamente dándole en diversas partes del cuerpo, especialmente en la cara. Tengo muy mala puntería, por suerte no me dedicaré a esto profesionalmente. Eso espero. Sangra a borbotones. No para de gritar. Quiero que se calle de una vez. Una de las estocadas le da en un ojo. Aprovecho para agarrarle la cara como puedo y clavar más hondo el cuchillo. Un leve susurro que quería ser grito sale de su boca. Su último suspiro. Se queda quieta y cae al suelo. Como tenía planeado, ya inánime, procedo a desatarla. Su cara se ha convertido en un desaguisado caótico, una cirugía facial inacabada realmente horrible. Su pecho está reventado por todas las cuchilladas que le arreé. No quería que fuese así. No esperaba que quedase así. No es la famosa erótica cadavérica que esperaba encontrar, ni siquiera suficientemente erótica para un tipo con tantas tragaderas como yo. Ahora me arrepiento. He cometido un gran error que no podré subsanar jamás, un error imperdonable. No debí usar un cuchillo. Debí utilizar monóxido de carbono.

9 comentarios:

elmudo dijo...

Tu amigo Alber te ha hecho trampa: no ha escrito un capí tulo, sino un cuento (y muy bueno además).

Sugerencia de título: MULTIMURIBUNDIA.

Isi dijo...

Habeis hecho bien en fusionaros, mola un montón.

Me recordó un poco a Dexter

Martita Gominola dijo...

¿Una de las estocadas le da en un ojo? ¿No había otra parte del cuerpo? ¿Guillermo ha leido eso? jejejejej
Sinceramente pienso q teneis mucho tiempo libre cabrones!! xD

Xibu dijo...

Estas echo polvo kano, pero ahora le toca al hector.. a ver que sale de todo esto

Miche dijo...

Me ha parecido brutal.

Espero con ganas el próximo capitulo.

Azrael dijo...

Jajaja!

en cierta manera es difícil escribir a partir de eso elmudo..pero algo he logrado..jejeje!

Gorzas dijo...

Mola que os guste ^^. La verdad es que me he enamorado de mi personaje principal, me encanta. Aunque el escrito ha sido un poco de carrerilla pero bueno, no queremos ganar el Cervantes ni nada parecido, sólo ver lo que pasa.

Y sí, Mudo, le he puesto un poco contra las cuerdas para continuar eso. A ver cómo se lo monta ahora que sé que tiene una buena idea y yo tengo curiosidad.

Saludos.

Martita Gominola dijo...

Para cuando el 2º capítulo???
:D :D

Azrael dijo...

Para YA Marta.