jueves, 3 de junio de 2010

Transgénicos, ese gran mal que azota el mundo (Parte I)


Bueno, quiero recalcar antes de nada para los que no son lectores habituales de este blog (es decir, mi padre, mis colegas y cuatro mataos más conocidos) que el título es completamente sarcástico y aunque tampoco pretendo hacer ninguna apología de lo transgénico con este artículo pretendo informar al no versado de qué va esta palabrita que en boca de tantos se halla y cuyo significado la mayoría desconoce.

Empezando desde 0, he de decir por qué me he propuesto escribir esta entrada. La razón fundamental es que estoy hasta los mismísimos huevos de oír en algunas noticias que si están sacando nosecuantos productos transgénicos nuevos, que si alarma social grandísima, que si tus hijos salen más tontos si comes sandía sin pepitas o te sale pelo azul en el ojete por comer cochinilla taiwaneso-caucásica transgénica. No faltan tampoco los aprovechados que usan todo este revuelo para hacer caja, como una marca de helados que vi el otro día que promocionaba sus delicias argumentando que sus productos no contenían al nuevo satán genético en su composición.


Algunos pensarán que qué hay de malo en que un comerciante proclame que sus productos son naturalísimos: Así uno puede elegir si comer aberraciones naturales o no, ¿Verdad? Pero el problema es, como siempre, que la gente es gilipollas, y con gilipollas me refiero a que no les sale de los huevos informarse del asunto. El ejemplo más claro se puede ver en cualquier foro de cualquier tema especializado, en que los noobs en vez de buscar preguntan y preguntan sin tan siquiera darse cuenta de que otro payo publicó exactamente la misma pregunta un día antes, y está más que resuelta.


Bien, para empezar, quiero dejar claro qué significa realmente la palabra TRANSGÉNICO: Un organismo transgénico es aquél que porta uno o varios genes foráneos en su propio genoma, es decir, que es un ser vivo (o no, porque incluso puede ser un virus) al que le han colocado un gen de otro ser vivo completamente diferente (de otra especie, vamos) normalmente con una finalidad, como puede ser, por poner un ejemplo, la producción de insulina mediante Escherichia coli. E. coli es una bacteria presente de manera natural, por ejemplo, en el tracto digestivo de los seres humanos y otros muchos animales, alimentándose de parte de la comida que ingerimos y proporcionándonos a cambio vitamina E y K y ayudando a la correcta realización de la digestión.


E. coli es modelo de muchas investigaciones genéticas debido a que ha sido ampliamente estudiado y su genoma se conoce de cabo a rabo, y ente las muchas putadas que se le han hecho (hablando metafóricamente claro, porque las bacterias ni sienten ni padecen) una ha sido la implantación del gen que produce la insulina humana en su propio código genético (creo que en particular se suele implantar en un plásmido). ¿Resultado? Bacterias que producen insulina de manera autónoma, lo que evita tener que sintetizarla en un tedioso y costoso proceso bioquímico, con el ahorro de coste que eso conlleva (y ni hablar ya de la importancia que esto tiene para la gente sin recursos económicos).


Lo único que necesitamos son tarros con medio de cultivo, y ellas solas se encargan de hacer el resto; es decir, hemos convertido a una bacteria en una factoría de insulina. Llegado a este punto, me gustaría decirles a los que claman al cielo que jugar a Dios no está bien, y que modificar a los animalitos que hizo el señor está mal, que el hombre lleva jugando a Dios desde el mismo momento en que aposentó su gordo culo en alguna planicie de Mesopotamia y empezó a comerse a las ovejas con aspecto ralo, de pequeño tamaño, o que producían poca leche, y dejó con vida a las más fuertes y gordas para que los sementales se pusiesen las botas. Eso, señores, se llama SELECCIÓN ARTIFICIAL, y no es probablemente ni mucho menos lo que el divinísimo eligió para la creación de sus queridas bestias (si existiese, claro está). Lo mismo podríamos decir de las plantas: Se pueden mezclar dos especies distintas lo suficientemente parecidas como para que el polen de una sea capaz de fecundar el ovario de la otra, pero diferentes al fin y al cabo en su dotación genética.

Cómo y por qué lo veremos en la siguiente parte de este artículo. ¡Saludos!

2 comentarios:

Daikrieg dijo...

Bravo! Bravo! En cuanto la tengas entera la mando a Menéame.

He oído hablar también de modificar el arroz para ayuudar al cuerpo humano a que produzca vitamina A (añadiéndole caroteno, si la memoria no me falla dado que no tengo ganas de buscar), y así conseguir que muchos niños por ahí por esas tierras no se queden ciegos.

Pero claro, está mal jugar a ser Dios...

Azrael dijo...

Uy, yo cuando estuve investigando sobre el tema leí cosas curiosísimas...hasta ranas transparentes se hacían, para ver el efecto de nosequé proteína fosforescente...xD

En la última parte del artículo voy a subir un trabajo que yo mismo hice en genética (junto con Virginia) y que está muy bien, y explica todo el proceso de ingeniería genética de manera sencilla y las aplicaciones posibles. En la leche de algunas cabras también se había conseguido implantar nosequé...xD